Acuitlapilco y su gema religiosa

*El ambiente en la colonial Iglesia se torna tranquilo, la acústica del lugar y la fidelidad con la que se acude sumergen a la reflexión; es el único templo en Tlaxcala dedicado a la veneración de la Virgen María niña

Diego Mena Flores

Tlaxcala, Tlax.- Con un azul similar al vestido de su santa, el recinto religioso transmite fe y esperanza a quienes residen y visitan la comunidad de Santa María Acuitlapilco de la capital tlaxcalteca.

Con un retablo amplio y parque que sirve de espacio recreativo para niños guiados por los valores de convivir de forma pacífica y por demás bondadosa, luce orgullosa la Iglesia de Acuitlapilco.

Edificada en 1732, aparece con tintes grises y azules, con tonos dorados por dentro. Y es considerado como el único espacio religioso de la época colonial que rinde honor a la Virgen María cuando apenas tenía tres años de edad, tiempo en que fue presentada para servir a Dios.

El rostro de una Virgen piadosa y laudable se encuentra al fondo del templo, sus rasgos finos como los de una muñequita de porcelana y una mirada bondadosa recibe a todos desde la entrada y los despide con su manto, azul como el cielo y de resignación para quienes buscan consuelo.

La cúpula de talavera, adorna a la Virgen María Niña, quien se hace acompañar de Santa Ana y San Joaquín, sus padres y que la ven desde cómodos con la mirada de amor propia, llenos de gloria por la veneración a su primogénita.

En la época colonial, los franciscanos encargados de su edificación colocaron en su interior el escudo del Imperio Español, acompañado de dos leones que simbolizan poder y fuerza que recaen en los pies de la Virgen María Niña.

Antes, su atrio servía como panteón de aquellos que murieron en la fe en espera del descanso eterno, junto con todos los Santos que ahí se hospedan, como San José y Jesucristo.

El mismo atrio alberga una pequeña torre grisácea que orienta a los pasantes en su día, mientras que en las torres lucen campanas que tienen lugar desde 1748 y que con su repique llaman a misa a todos.

Con brisas serenas y aire fresco brindado por los árboles, el atrio induce a la calma y la devoción a quienes van a las ceremonias religiosas; al ingresar, los Santos y hermosos acabados religiosos dan la bienvenida. Y cénit viene al llegar al retablo diseñado al fiel estilo del barroco que se adorna con hoja de oro y enaltecen el rostro y la viva imagen de la Virgen María Niña.

 

 

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